Es en esta época cuando aparecen algunos fotógrafos
característicos. Erich Salomon es el padre del fotoperiodismo. Es un maestro de
la Leica. Salomon colabora en la prensa alemana, pero era judío así que cuando
comienzó la II Guerra Mundial se vio obligado a abandonar Alemania refugiándose
en Holanda, donde fue detenido y posteriormente murió en un campo de
concentración. En Alemania también destacó Alfred Eisensdtaedt, que en los años
30 emigró a Estados Unidos. Pasó a la fama por realizar la fotografía del beso
en la 5ª Avenida. Esta fotografía es considerada como un símbolo del fin de la
II Guerra Mundial. Con el tiempo se demostró que no es una fotografía auténtica
(es provocada). Debido a esta polémica, esta foto desencadena el debate sobre
la autenticidad del fotoperiodismo.
En Estados Unidos también hubo grandes referentes, como
Wegee, que comenzó realizando fotografías para la policía y acabó
convirtiéndose en el mejor periodista de sucesos de los años 20. Otro de los
más famosos fue Robert Capa, que vino a España durante la Guerra Civil. Capa
realizó la foto que fue el símbolo fotográfico de la Guerra Civil (miliciano
recibiendo el impacto de una bala). La autenticidad de la foto fue puesta en
duda pero finalmente se demostró su autenticidad. Capa estuvo como fotógrafo en
muchas guerras y, precisamente, murió en la Guerra de Indochina.
Revistas
Los primeros años del siglo XX son una etapa de auge de las
revistas ilustradas. Entre ellas, se pueden destacar La Illustration y Vu,
ambas en Francia, y Berliner Illustrierte en Alemania. Estas tres revistas
desaparecieron con el inicio de la II Guerra Mundial. Por su parte, en Estados
Unidos aparecen las revistas Look y Life, que nace en 1936 y que cuenta con
ediciones en varios idiomas. Todas estas revistas alcanzan importantes tiradas.
Gracias a este auge, la fotografía se aprecia como
documento. El fotógrafo se convierte en un personaje demandado para dejar
testimonio de la época. En Estados Unidos aparece la Farm Security (Fotografía
social), que es una campaña del gobierno americano donde los fotógrafos
reconstruyen la vida del país. Esa fotografía como documento social es la
especialidad del fotógrafo Walker Evans, propiciando así el surgimiento de una
nueva corriente que intenta reflejar lo que es la realidad.
A partir de los 40 aparecen las agencias fotográficas, que
en un principio funcionan bien y los fotógrafos venden las fotos, con lo que se
garantizan el derecho de propiedad. La principal agencia es Magnum (1947),
creada por Robert Capa, David Seymour y Cartier Bresson. En paralelo al auge
del fotoperiodismo se demanda la fotografía de moda, publicitaria e incluso
industrial; es decir, el uso de la foto se generaliza. No obstante, con la
llegada de la televisión y el cambio de costumbres que se produce en los años
50-60 el fotoperiodismo decae.
La fotografía artística
Paralelamente al boom del fotoperiodismo, también se produce
un interés de los pintores por la fotografía (por ejemplo, Dalí). Esto provoca
la creciente utilización de la fotografía en la restauración artística. Las
vanguardias (años 10-20) incorporan la fotografía con dosis de libertad y
creatividad. Así aparecen fotos cubistas, surrealistas y cobra importancia el
fotomontaje. Son muchos los artistas que se acercan a la fotografía y la
renuevan, como Man Ray o Lazlo Moholy-Nagy.
En Rusia se impone el realismo socialista. Surgen grandes
fotógrafos como Rodchenko, que realizan una exaltación de la Revolución Rusa.
Por su parte, en Estados Unidos se crea la corriente de la Nueva Objetividad
(años 30). Esta corriente cuaja en la posguerra. Sus fotógrafos más
representativos buscan reflejar lo que hay delante de la cámara, es una foto
realista sin manipulación. De esta corriente destacan Alfred Stieglitz, Paul
Strand o Edward Weston (anima el Grupo f/64, con una imagen más nítida y un
diafragma más reducido).
España
En el inicio de siglo está en vigencia el pictorialismo:
acercar la foto a la pintura. Destaca Ortiz Echagüe, que retrata muy bien la
Castilla rural de la época. Son fotos de estudio, muy trabajadas. El
pictorialismo tiene vigencia hasta los años 30-40. El problema es que en España
no se fabrican cámaras, por lo que hay dependencia técnica del extranjero. No
obstante, se produce la proliferación de las Sociedades Fotográficas, que son
núcleos de fotógrafos (Madrid, 1899; Zaragoza, 1900). También hay un auge de
las revistas de fotografía, como La fotografía, editada en Madrid entre 1901 y
1914. En nuestro territorio se produce un auge del retratismo. El retrato tiene
mucho éxito, es lo que más se cultiva, sobre todo con fotos de familia. Además,
se produce una especialización en fotografías taurinas.
La etapa de la II República (años 30) es de gran libertad y
creatividad en España, por lo que aparecen importantes fotógrafos como Nicolás
de Lekuona (fotomontaje) o Pere Catalá Pic. Las publicaciones también tienen un
papel importante: ABC, Blanco y Negro (cuida extraordinariamente la foto),
Estampa, La Esfera, Ahora (diario esencialmente gráfico). La fotografía
española vive así su periodo de apogeo en los años 20-30. Además, durante la
Guerra Civil española los mejores fotógrafos del mundo, como Robert Capa,
pasaron por España. Pero, por desgracia, en los años 40-50 la fotografía
española baja mucho y pierde protagonismo, debido al papel de baja calidad y a
la censura.